Inna 28 años, Bucarest

Inna 28 años, Bucarest

Inna tiene 28 años, vive con sus padres y es la mayor de tres hermanos. Tiene un hijo de 11 años, mantiene relación con el padre de su hijo (trabaja en un circo por lo que se desplaza a otros países). Inna trabajaba en la cocina de un restaurante y vive en Bucarets.

Al salir una tarde del trabajo iba paseando por una de las calles de Bucarets y en un instante se aproximó un vehículo (con tres personas), se bajaron dos hombres, cogiendo a Inna del brazo, obligándola a introducirse en el coche. Una vez dentro del vehículo la golpean y le dicen: “Tienes que pagarnos los 3.000 euros que hemos pagado por ti a Boris” (amigo de los hermanos de Inna), y te vamos a llevar a España a ejercer prostitución. La trasladan al domicilio de los padres de la mujer que se encontraba en el vehículo, ellos sabían lo que iban a hacer con Inna ya que le dicen: “Tienes que pagar a mi hija”. Esa noche duerme en la casa y le dicen que si se escapa los perros le atacarán.

Al día siguiente la mujer sale a comprar dos billetes de avión para ese mismo día, contacta con Ángela (su hermana) en España para que las espere en el aeropuerto, Ángela y su marido (ciudadano marroquí) las esperaron en el aeropuerto y las llevan al piso donde tienen una habitación alquilada. Le retienen el D.N.I. rumano.

La llevan al centro de Madrid y le compran ropa, la suben a un hostal que se ocupa con los clientes y le hace poner la ropa, Ángela baja a una calle frecuentada por mujeres que ejercen la prostitución y es la que se encarga de hablar con el cliente, ya que Inna no habla castellano, Ángela les acompaña hasta el hostal, cobra el “servicio” y les espera en el recibidor. La llevan a ejercer entre las 23:00h hasta las 08:00h, cuando no gana suficiente le hacen quedarse hasta las 10:00h, Ángela se suele enfadar si gana poco dinero y la pega, Inna come una vez al día una vez cuando llega a casa después de haber estado ejerciendo.

Inna se va hacia el hostal con un cliente, Ángela le dice: “ahora subo en cinco minutos”, mientras tanto Inna aprovecha para decirle al cliente que ella no es una prostituta y que la están obligando. Al salir de la habitación Ángela está en la salita del hostal y le dice a Inna, “ahora bajo”, entonces aprovecha para irse con el cliente, quien la mete en el metro hasta una Comisaría de un barrio de Madrid, interpone denuncia, desde la Comisaría avisan a Samur Social para alojamiento y Samur Social contacta con APRAMP para la identificación de una posible víctima de Trata. Personal de APRAMP acude al centro del Samur Social con una mediadora lingüística, identificando a Inna como víctima de Trata, se le informa de su situación y del Piso de Protección para mujeres víctimas de Trata que dispone Apramp, solicita nuestro alojamiento y pide el Retorno Voluntario a su país.