Ángela, 24 años, Rumanía

Ángela, 24 años, Rumanía

Ángela tiene 24 años cuando conoce a su proxeneta a través de una amiga en casa de ésta. Hasta pasadas tres semanas no le ve de nuevo, el proxeneta utiliza la afectividad para enamorarla, consiguiendo que a las dos semanas se fuera a vivir con él, Ángela desconoce que se dedica a tráfico de estupefacientes durante los dos primeros meses todo iba bien, ella trabajaba en el Hotel y él no le pedía nada. Pasado este tiempo, empieza a ponerse celoso porque Ángela llega tarde de trabajar, comienza a pegarle violentamente y así continua durante cinco meses (ella no dice nada a su familia por no hacerles daño), hasta que un día le dice que va a viajar a España para ejercer prostitución, Ángela le dice que no, recibe un gran paliza y es amenazada. Le compra un billete de avión y contacta con un matrimonio de nacionalidad rumana que reside en Ciudad Real y tienen un piso de ejercicio para que recoja a Ángela y la tenga en su piso, quedándose con la mitad del dinero que esta gane y la otra mitad se lo mandan a él a Rumania.

 

Viaja en avión sola y en el aeropuerto le espera el matrimonio, durante la permanecía en el piso, no podía salir sola, solo salía con la mujer, cuando tenía que comprar ropa, su proxeneta le dice al matrimonio que le vende a Ángela por 1.000 euros estos dicen que no y la mujer le comenta a Ángela lo sucedido, al no creerlo la lleva a un locutorio, donde mantiene una conversación con su proxeneta, comentándole a este el precio que pide por Ángela. La mujer le tiene miedo y como no quiere problemas, habla con dos mujeres de nacionalidad rumana amigas del proxeneta y manda a Ángela a Madrid.

 

En Madrid es controlada por una mujer constantemente en la zona de ejercicio y en el domicilio donde vivían por otra mujer de nacionalidad rumana, le quitaban todo el dinero que ganaba, para mandárselo a su proxeneta.

 

Después de un mes y medio de vivir esta situación, una tarde se acerca a Ángela un Policía Municipal y en su chapurreo (ya que no sabía hablar español) le dice al Policía que no quiere estar ejerciendo, el Policía se la lleva y lo pone en conocimiento de la UCRIF- Grupo VII, siendo éstos quienes se ponen en contacto con APRAMP, demandando una mediadora lingüística para que se persone en Comisaría a asistir a una mujer de nacionalidad rumana para informarle de su situación, derechos y esté presente durante la declaración como intérprete. Se incorpora al piso de Protección para mujeres víctima de Trata.